10 empleos pocos valorados pero muy bien pagados

A continuación te mostramos algunos empleos poco valorados pero muy bien pagados.

Enterrador. Hay muchos pueblos pequeños en España que no tienen sepulturero, por lo que algunos recurren a personal de otros ámbitos para dar este servicio. Incluso hay veces que se turnan entre los vecinos para realizar un trabajo que no es plato de buen gusto y que debería estar mejor pagado.

Tanatopractor. Maquillar cadáveres es otra de esas profesiones delicadas que pocos aceptan y que requiere una fuerza mental por encima de la media. Si quieres hacer un curso presencial o semipresencial, aquí los tienes.

Limpiador de fosas sépticas y alcantarillas. La frase que más asociamos a este tipo de trabajos, que también es válida en este caso, es probablemente la que más odian quienes se ganan la vida con ellos: ‘No es agradable, pero alguien tiene que hacerlo’.

Exterminador de cucarachas y otras plagas. Además de las cucarachas que tanto asco nos producen, los expertos también se las ven con ratas y otros tipos de animales.

Personal de limpieza y recogida de basuras. De todos estos empleos, éste es el que ejerce un mayor número de personas, entre los que se encuentran tanto gente con estudios básicos –el certificado escolar es un requisito- como licenciados universitarios.

Instalador/limpiador en edificios de gran altura. Los trabajos de construcción, mantenimiento y limpieza en las fachadas suponen un riesgo diario para la vida de quienes realizan su trabajo en las alturas.

Minero. Otra profesión arriesgada, sacrificada y con efectos nocivos para la salud física y mental del trabajador.

Experto en desactivación de explosivos. Estos especialistas pertenecen a diferentes cuerpos, como la Policía, Guardia Civil o el Ejército, y requieren una preparación especial.

Deshollinador. Aunque la palabra nos lleva a pensar en la película ‘Mary Poppins’, el oficio de limpiar chimeneas, estufas y calderas es un trabajo sacrificado que aún existe.

Trabajador en una plataforma petrolífera. Maquinistas, perforadores, cocineros, electricistas, mecánicos… Los trabajos son muy diferentes y están bien pagados en función de la cualificación, pero el aislamiento y los riesgos físicos y psicológicos son factores que invitan a pensarse mucho una oferta.